Tortura

Eso que haces. Todo lo que no haces.
Adiós.

2 semanas, 3 días, 6 horas... Y contando.

No se bien como explicarte lo que pasa. Es que me gustaría no tener que hacerlo.
Ya no te mando mensajes, y hago todo lo que puedo por no revisar nuestras conversaciones.
Y es porque ya no puedo. No quiero seguir insistiendo.
Me lástima que no te importe.
Que no te importe como me siento. Como me haces sentir con tu actitud. Que seas desconsiderado.
Siempre te justifico diciéndome que estas muy ocupado o que tienes cosas que hacer. Es sólo para convencerme.
Y es verdad: si tienes cosas más importantes que yo que hacer.
Es por toda la expectativa que se formó alrededor tuyo. La esperanza de curar las heridas recibidas. Tal vez fue la rapidez con que sucedieron las cosas. La premura para despojarnos de la ropa, de los recuerdos, de los fantasmas.
Es una distancia que se hizo entre nosotros. Como tenerte a mi lado y sentirte lejos. Como si estuvieras en otro lugar, en otro tiempo y con otra persona.
Son todos esos días en que no estás. En los que te esperaba ansiosa de hacerlo todo para después no hacer nada, sólo quedarme así, junto a ti, contigo. Escuchando tu respiración y con tanto miedo de moverme y que despertaras.
Tu y tus miles de ocupaciones, de compromisos, de reuniones. Y que en ninguna parte cupiera yo. Que nunca me incluyas en tus planes. Tus clases, tus amigos, todo. Y si te quedaba tiempo y no estabas muy cansado eras para mi.
Y yo no merezco eso.
Porque trate de muchas maneras de demostrarte, lo intente. No sé sí demasiado.
Me duele mucho que no hayas dedicado un rato a estar conmigo, sólo a acompañarme.
Que hayan pasado tantos días y no pasara nada. Y que luego estuvieras tan tranquilo. Bueno yo no.
Y si, es un drama. Igual no tengo un verdadero motivo para hacerlo pero así me siento y no me gusta estar así.
Te lo escribo por que se que no podré decírtelo. Voy a llorar y ya no quiero.

Lección 1

Y así, es como uno debe cucharearse. Con alguien lindo y que no pueda dejar de besarte.

Uno se va acomodando a ese cuerpo, no importa el largo realmente. Es el complemento. Son las manos.

Trastorno Obsesivo-Compulsivo: ordenadores.

Como si no fuera suficiente la ansiedad que me provoca el pensamiento de no poder controlar lo que me rodea, no poder organizar mi cuarto; mucho menos mi vida.
Cuando por fin tomaba algún sentido mis días, así: a veces mi Chaparro, a veces mi princesa azucarada, todos mis días mi gordo. Vienes como si ayer te hubieras ido.
No.
Vete y no me envuelvas en tu caos, quiero ser feliz y soy feliz en ratos con mis días predecibles, con mis mínimos dramas. Los que puedo controlar. Tú no.