Fue lo que me dijiste: "doble o nada, y vamos a poner el resto".
Y yo te creí.
Aún cuando nunca he sido buena jugando. Cuando el azar siempre va de lado contrario y la suerte nunca esta conmigo. Cuando nunca he entendido las reglas del juego porque no me gusta apostar.
Y aquí estoy apostándome el corazón contigo. Metiéndole a mis días otros 5 minutos para hablar contigo.
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